lunes, 15 de noviembre de 2010

ELECCIONES GENERALES 2011

El domingo 10 de abril del año 2011 (Ley Nº 26859; art. 16º), se llevarán cabo las Elecciones Generales para elegir al Presidente y 02 Vice-Presidentes de la República, a los 130 congresistas (se sumaron 10, de acuerdo a la reforma constitucional del artículo 90º, realizada el 08 de setiembre de 2009, que entra en vigencia a partir de las elecciones del 2011), y a los 15 representantes peruanos (5 titulares y 10 suplentes) ante el Parlamento Andino. Todo un elenco a la espera de la bendición ciudadana.
Si bien es cierto, aún no se ha decretado la respectiva convocatoria (competencia del Presidente de la República, en concordancia con el artículo 118º, inciso 5 de la CPP), carecemos de motivos para dudar de ello, a no ser la repentina presencia de un cataclismo natural en nuestra patria o de uno mental en nuestro saliente Jefe del Estado, para librarnos de esa poco agradable, innegablemente tediosa y siempre sorpresiva experiencia que implica todo sufragio obligatorio en este variopinto país. El plazo vence el 11 de diciembre (artículo 82º de la LOE), así que, los interesados e interesadas en la captura del máximo cargo político, a esperar con mucha calma. De todas maneras, el segundo domingo de abril del próximo año, nos encontraremos frente a las urnas.
Felizmente, y gracias a Dios, nuestro Congreso aún está constituido por una sola cámara. Aunque 130 ya es un número que nuestra paciencia y fortaleza a duras penas pueden resistir. No obstante, para nuestros filósofos de la gobernanza, la bicameralidad es la panacea a todos los males congresales y la puerta grande que nos conducirá a la casi celestial patria nueva donde la seguridad ciudadana y la honestidad en el manejo de los recursos públicos, reinarán por la eternidad. Nuestros políticos, nuestros filósofos.
A 5 meses de la gran festividad electoral, y sin haber concluido el proceso regional y municipal que nos mantiene aún con el agridulce aroma de la desconfianza en el sistema electoral y la indisciplina proselitista (sin contar la segunda vuelta que se hará en 10 regiones, ni las nuevas elecciones municipales en muchos distritos); algunos de nuestros pintorescos personajes, especialistas en estos menesteres, que solemos llamar —haciendo gala de exquisitez y decencia académicas— “arte de gobernar”, han osado presentarse ante la opinión pública, prematuramente quizá, como aspirantes a la Presidencia de la República.
El ex presidente Alejandro Toledo, ha sido uno de los primeros en confirmar su candidatura en las lides del 2011, y ya adelantó que está preparado para los ataques y críticas que, sospecha, le lloverán de todas partes. Por lo pronto, el ex premier y congresista Jorge Del Castillo, y en algún momento voceado como precandidato del partido gobernante, declaró no creer que Toledo llegará a la segunda vuelta. En ese tono, su colega de bancada y también ex premier, Javier Velásquez, lanzó su dardo contra Toledo, señalando que “no tuvo la valentía de enfrentarse al Sutep”, así que no tiene sentido que prometa revolucionar la educación en un supuesto y segundo quinquenio gubernamental. Fue aludido también por Alan García, con la frase (¿insulto?) “loquito de la calle”. (¡Qué dirán los ciudadanos de “segunda clase”! ¿Y los hortelanos y sus perros?).
Mercedes Aráoz, ex ministra de varios portafolios en los últimos años, fue la primera en resistir los ataques y poco amistosas declaraciones —hasta de su “propia casa”— sobre su candidatura por el partido gobernante, y la “preferida” de Alan García, pero no de todos los compañeros, menos de aquellos que ya soñaban viendo su fotografía en la cédula de sufragio del mes de abril de 2011. Para Ollanta Humala, que el APRA haya elegido a Mercedes Aráoz, indica que está en decadencia.
Sin embargo, cada partido político en acato a la Ley Nº 28094 Ley de Partidos Políticos (artículos 19º, 23º y 24º), deberá elegir a sus autoridades y candidatos a cargos públicos de elección popular, cumpliendo “las normas de democracia interna” (establecidas en la referida ley, el estatuto y el Reglamento Electoral de la agrupación política), las mismas que presenta tres modalidades. Aún así, desde la vigencia de la ley de partidos (noviembre de 2003), el proceso de presentación y oficialización de candidatos a cargos públicos de elección popular en los diversos procesos electorales, se han dado en medio de un clima de insatisfacciones y denuncias de irregularidades, generando una sensación de burla a la ley por parte de dirigentes y aspirantes al poder de varias agrupaciones políticas participantes. La pugna, en este caso, es al interior de cada casa política.
Por ello, un candidato que pretenda la Presidencia de la República, deberá pelear en dos frentes. Primero, al interior de su partido político que, ahora, después de las experiencias ganadas y las luchas compartidas, se ha vuelto un proceso tan complicado y belicoso porque la militancia también se encuentra fragmentada, al extremo de parecer integrantes de partidos políticos diferentes, porque cada fragmento presenta su alternativa a la que defienden con golpes en el pecho. Y, segundo, la liga de mayores; participar en la legítima contienda, exponiéndose a la voluntad general de un electorado, no tanto impredecible, como sí, permeable.
A simple vista y ojeando el Registro de Organizaciones Políticas del JNE, quedamos estupefactos y temerosos de enfrentarnos a un tumulto de candidaturas y opciones ideológico-políticas que vienen sobrecargadas de propuestas, ofertas y fantasías, todas ellas, encaminadas y deseosas de tomar el poder del Estado por medio del sufragio. A la fecha, el ROP muestra 27 partidos políticos inscritos, que hacen del Registro, una multicolor colección de figuritas para todos los gustos. Pero la posibilidad de hacer alianzas (pactos, acuerdos, contubernios, contratos, emparejamientos, concubinatos), reduce notablemente tremenda cifra (si es al 50%, es ya un gran alivio).
Castañeda Lossio, ex alcalde de Lima en dos periodos consecutivos, ha dejado la Municipalidad, porque su mira está en palacio de gobierno; mientras que Fuerza Social que ya ganó las metropolitanas, ahora está pensando en las nacionales. En el PPC, no logran ponerse de acuerdo ni siquiera en las precandidaturas, aunque su cercanía con Unidad Nacional, es indiscutible. El Partido Nacionalista, con Humala a la cabeza, ha decidido dejar de lado su ideología (enfermedad del siglo XX, para Vargas Llosa) para priorizar programas de gobierno. Yehude Simon, ex premier y ex presidente regional de Lambayeque, ha tentado algunas invitaciones, y sólo eso, pero deja sentir que todos lo ven con “buenos ojos”; mientras que Alberto Pizango que logró mayor notoriedad después de los sangrientos sucesos de Bagua, tampoco ha ocultado sus aspiraciones presidenciales, ni ha bajado el puño derecho. Cambio Radical de Barba Caballero, puede estar por repetir su estrategia ensayada, pero accidentada, en la lid metropolitana.
Por otro lado, Cambio 90 y Fuerza 2011, que aun se esfuerzan en parecer no consanguíneos, cada día están en una simbiosis a prueba de balas, calumnias y juicios políticos. En Acción Popular, al parecer, están conversando con Perú Posible; y los pocos destacados que quedan, casi todos se sienten precandidatos, aunque están en los coqueteos de Somos Perú y Adelante. Pequeños pero son. Y hablando de pequeños, el padre Arana y su Tierra y Libertad, no se amilanan ante tanta encuesta que no los muestran ni con mínimo porcentaje, junto a muchos otros. Pero el 2011, es el objetivo, y punto. La competencia seria, dura, memorable, insufrible, como altamente costosa… Tenemos caras sonrientes para rato —las de ellos y ellas—.